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Mons Ciriaco nos felicita la Navidad

Mons Ciriaco nos felicita la Navidad <div align="justify"><table cellspacing="0" cellpadding="0" width="570" border="0"><tbody><tr><td valign="top" width="343" height="25"><p><strong>+Ciriaco Benavente Mateos. Obispo de Albacete</strong></p></td><td valign="top" align="right" width="227"></td></tr></tbody></table></div><p align="justify">Queridos hermanos y hermanas: </p><p align="justify">¡Feliz Navidad! ¡Paz a todos vosotros, amados de Dios! Mi felicitación quiere ser eco de la que nos llegó en la primera Navidad, cuando el silencio de la noche estalló en un canto de ángeles. </p><p align="justify">Esta Buena Nueva no se ha apagado con el paso del tiempo. Nos sigue llegado en su original frescura. “Hoy os ha nacido un Salvador”. Es el “hoy” que transciende el tiempo, que se actualiza en cada celebración litúrgica, que quiere hacerse presente en cada corazón. A cada cristiano le toca repetirla en nuestro mundo con la sencillez de quien la ha recibido como gracia. </p><p align="justify">La Navidad proclama, desde la fragilidad de un Niño recién nacido, que hay salida para el dolor, la impotencia y la muerte; que hay una fuente de vida nueva al alcance del hombre; que se ha abierto una ventana a la esperanza. La destartalada gruta de Belén, sin puertas ni ventanas, es accesible a todos los que, como los pastores, tienen alma sencilla y capacitada de asombro en los ojos. </p><p align="justify">En la Navidad, Dios se hizo hombre para hacer de los hombres hijos de Dios; se hizo pobre para enriquecernos. ¡Dichosos vosotros si la vivís de verdad, sin que la frivolidad la ahogue, sin que el despilfarro la enturbie, sin que los ruidos la acallen!. La Navidad ablanda el corazón y endulza el alma, hace a los hombres más humanos, más libres, más fraternos y sencillos, más verdaderos y justos, más acogedores y misericordiosos. </p><p align="justify">¡Feliz Navidad a los ancianos y a los niños; también a los niños emigrantes, que nos recuerdan a Jesús niño, emigrante en tierra de Egipto; a los enfermos e impedidos; a todos los que sufren en el cuerpo o en el alma, a los privados de libertad y a quienes pasan la Noche Buena en los hospitales o velando por la seguridad de los demás! </p><p align="justify">¡Paz y felicidad todos! A quienes os sentís miembros de nuestra comunidad cristiana y a los que os habéis alejado, pero que sabéis que aquí en nuestra Iglesia, tenéis vuestra casa; a los miembros de otras confesiones cristianas; a todos los hombres de buena voluntad”. </p><p align="justify">Con afecto fraterno. </p>
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