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El 14 de octubre de 1951 fue creada nuestra parroquia

El 14 de octubre de 1951 fue creada nuestra parroquia

HISTORIA 
Creación

La parroquia del Buen Pastor fue creada por decreto del primer Obispo de la Diócesis, D. Arturo Tabera y Araoz, con fecha de 19 de septiembre de 1951. Y que entró en vigor a las 24 horas del día 14 de octubre del mismo año, según disponía el decreto.

Demarcación
Sus límites serían los siguientes:

“Desde el confín bordea los límites de la Parroquia de la Purísima (lado derecho) hasta el Paseo del Istmo. Este y por el Camino de Cementerio (lado derecho hasta el confín”. (Cf. BOO. (1951) pp. 390-393)

A finales de octubre de 1958 se hace una aclaración entre los límites de la Parroquia del Buen Pastor y la de La Purísima, quedando la parroquia configurada por cuatro barriadas: La del entrono de la Casa de Misericordia: calles Cruz, Cruz Norte, S. Ildefonso, Cervantes, Leocadia Peral (hoy Muelle) y Alcalde Conangla; las casas de la Bajada del matadero o de la Cárcel entorno a la carrera de Ayora; el barrio de la Estrella con el Cerro Mengajo, ahora de Los Ángeles, y los caseríos de las huertas adyacentes, y las del barrio de San Antón, al cruzar el paso a nivel. (Cf. BOO (1958) p.286)

El templo

Se ubicaría en "la iglesia llamada de la Misericordia", que no era otra sino la Capilla de la Casa de Misericordia.

Desde ese momento comenzaría una convivencia de dos Instituciones, Casa de Misericordia, regentada por la comunidad de Hijas de la Caridad, con sus actividades y servicios y la nueva parroquia con sus cultos y actividades.

La iglesia de la Casa de Misericordia, en el momento de creación de la parroquia estaba rehabilitada y en uso, por lo que no hubo necesidad de adaptaciones. En el altar mayor en su retablo de escayola y cemento se encontraba alojada la imagen de la Milagrosa , como antes de la Guerra civil; otras imágenes, como San Vicente y Santa Luisa de Marillac, el Corazón de Jesús y San José, que se colocarían más tarde en el retablo principal entre otras.

Categoría
A esta parroquia como al resto de las creadas en el mismo decreto se les dio le categoría de término en conformidad con la legislación concordada. A cada una de ellas, a tenor de la legislación canónica vigente se le asignarían dos coadjutorías, amén de las dotes beneficiales y de culto y clero que recibirían del Estado.

Los comienzos (1951-1968)
El comienzo de la vida parroquial, como ya se ha dicho anteriormente camina, en este período, paralelamente al desarrollo de la vida de la recién creada diócesis, participando de la dinámica pastoral de reorganización y respuesta a las necesidades que se plantean.

El período corresponde, en su totalidad, al episcopado de D. Arturo Tabera, un período de organización y dinamización de la diócesis en un primer momento dentro de lo que se denomina pastoral de cristiandad, y un segundo momento de acomodación a las exigencias del concilio Vaticano II, marcado en lo diocesano con el nombramiento de D. José Delicado Baeza vicario de pastoral en 1964, que concretaría los últimos años del episcopado de Tabera en lo que conocimos como “pastoral de conjunto”.

Las realizaciones y actividades parroquiales parecen coincidir más con el dinamismo del período preconciliar de pastoral de cristiandad, que se mantendría durante todo el período, con la adaptación a los nuevos planteamientos del concilio, se concretarían en las reformas litúrgicas y que en su desarrollo tardarían en llegar.

La acción social y caritativa centrada sobre todo en lo asistencial fue aspecto destacado del momento. Por una parte el nivel de pobreza en el Barrio de la Estrella y su alrededores era alarmante, aunque otras barrios del entorno parroquial también presentaban situaciones que eran atendidas desde los distintos grupos con incidencia social. Algunos de estos grupos de incidencia social, Damas de la Caridad, Hijos e Hijas de Maria, ya actuaban en estos ambientes antes de la creación parroquial, mientras otros nacen en el seno de la nueva parroquia, es el caso de Las Conferencias de San Vicente y Caritas parroquial.

La figura destaca de toda esta etapa, como lo será en la siguiente es la de D. José Baeza Espadas, cura párroco durante estos años, quien con su estilo, estructuró y organizó las tareas parroquiales, en colaboración directa con las religiosas Hijas de la Caridad y Operarias del Divino Maestro, y sirviéndose de la organización, medios y movimientos de estas comunidades religiosas, que ya existían en el territorio parroquial antes de la creación de la misma, así como de los coadjutores y otros sacerdotes que le acompañaron.

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