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Amparo López y su hermana nos dan su testimonio de fe vivida

Amparo López y su hermana nos dan su testimonio de fe vivida

Una pequeña historia de fraternidad

Tratare de ser breve, pero es que hay mucho que contar en esta historia, que comienza en Albacete, cuando mi hija Marta empieza a trabajar con las Hijas de la Caridad en el barrio de las seiscientas allí hay dos pisos con chicos inmigrantes casi todos de Mali. Es allí donde conocemos a nuestro querido Adama Keita, tiene 26 años casado en Mali y con 4 hijos, lleva en España cerca de 3 años habla bastante mal el Español porque no sabe ni leer ni escribir. Ese mismo año que mi hija comienza a trabajar con estos inmigrantes, Adama empieza a encontrarse mal, y en unos meses se le diagnostica un cáncer de hígado, no operable y casi en fase terminal, le ofrecen medicina solo paliativa, lógicamente y con muchísima pena le ofrecemos hacer lo que él quiera quedarse aquí con medicina paliativa ,o volver a su querida Africa, él quiere regresar ver a su mujer e hijos, el problema no hay dinero para el billete de avión, entre amigos y conocidos mi marido Raúl, mi hermana Amparo etc………. se consigue no solo el dinero del billete, si no también, dinero para llevarse y poder vivir allí el tiempo que le quede de vida. Él se fue de Albacete en diciembre del 2006 y murió en diciembre del 2007.El primer viaje que hicimos a Mali fue en Abril del 2007 y el propósito del viaje solo era ver a Adama y su familia antes de que el falleciese. En este primer viaje lo hicimos con mis hijos y el novio de mi hija Marta, ósea cinco personas sin contar a Fode Keita  gran amigo de Adama y que nos acompaño todo el viaje. Nos impresiono tanto Mali sus gentes, su pobreza, su forma de vivir el compartir absolutamente todo comida, ropas vivienda etc…………Que ya no hemos podido olvidar nada de lo que allí vivimos. La despedida con Adama fue muy dolorosa, sabiendo que jamás nos volveríamos a ver, pero allí mismo le prometimos cuidar a su mujer e hijos, cuando el faltase, y eso venimos haciendo desde entonces. En el 2008 volvimos a Mali esta vez mi marido Raúl, el padre Miguel y yo ,en este año la misión era poder visitar a las familias de los chicos Malienses que hay en Albacete. Nos recorrimos prácticamente todo el país durante un mes visitamos a 80 familias llevándoles noticias y fotos de sus hijos, hermanos, padres, maridos etc……….y a su vez a la vuelta a España traerles a los chicos noticias, fotos y videos de sus familias, fue una experiencia que no se puede explicar con palabras, el corazón se encoge y tienes que respirar muy hondo para no estar siempre llorando de las emociones que te producen las madres cuando preguntan por sus hijos. Lógicamente estuvimos con Kumba que así se llama la mujer de Adama y con los nenes. Nosotros  todo este tiempo le seguíamos mandando dinero, para que pudiese vivir y pagar el alquiler de la habitación donde vivía, para pagar el colegio de los nenes, comida, etc………

Un trabajo posible desde aquí

Cuando vimos en las condiciones que vivía después de morir Adama, pensamos que teníamos que hacer algo para mejorar la calidad de vida de kumba y los nenes, como siempre contando con amigos y conocidos hicimos una rifa con dos cestas de navidad y vendimos las papeletas y conseguimos 2500 euros con ese dinero compramos el terreno, donde hemos conseguido hacer una casa a Kumba y sus hijos, desde julio del 2008,llevamos con este proyecto que ya este mismo año 2012 en el mes de julio hemos conseguido terminar.

Nunca hemos contado con dinero de nadie que no sea de nuestros propios bolsillos, y de los bolsillos de amigos y conocidos, que colaboran con nosotros cada vez que vamos a Mali o que tenemos que mandar dinero allí. Llevamos yendo desde el 2007 prácticamente todas nuestras vacaciones de verano para ayudar no solo a Kumba, si no también a familias muy necesitadas de chicos que viven aquí mismo, en Albacete, ayudamos en colegios, clínicas y centros de salud, recogemos ropa, material escolar, medicinas y cada vez que uno de los chicos Malienses se marchan a su país vamos mandado lo que podemos, porque mandar un contenedor a Mali cuesta mucho dinero sobre 6000 euros, por lo tanto lo vamos haciendo poco a poco. Poder ayudar a los demás, y sobre todo, ir a Mali, convivir con ellos te ayuda a comprender muchas cosas, y  saber lo afortunados que somos,  por el simple echo de haber nacido aquí. Para nosotros, la pequeña ayuda que hacemos cada vez que vamos a Mali nos llena de satisfacción y parte de nuestros corazones se queda allí.

Aquí en Albacete, procuramos hacer de puente con Mali y traerles información. Pero quizá el trabajo que más les llega a todos estos hermanos subsaharianos es el arreglarles papeles, buscarles trabajos y conseguirles (no sólo a ellos, también a personas de España marginadas) algunos muebles para sus pobres casitas. En cuanto nos enteramos que alguien va a prescindir de algunos muebles o a cambiarlos hacemos de transporte con nuestro Seat Ibiza (otra vez le hacemos una foto) los domingos, que es nuestro día libre, a veces hasta muy tarde. En esta tarea nos ayudan nuestros maridos. Así vamos amueblando las casas que alquilan sin muebles para que les cuesten más baratas. Y, otra cosa para terminar, como hay ya gente en Albacete que saben de este trabajo que estamos haciendo, nos llaman para decirnos que tienen algo que nos pueden dar.

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