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Mensaje del Papa para la Cuaresma

Mensaje del Papa para la Cuaresma <p style="text-align: justify;">Un a&ntilde;o m&aacute;s el santo Padre nos regala un precioso mensaje para ayudarnos a vivir la Cuaresma. Como &eacute;l mismo nos dice: &ldquo;Se trata de un itinerario marcado por la oraci&oacute;n y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegr&iacute;a pascual&rdquo;.</p> <p style="text-align: justify;">Toma como punto de partida el texto de la carta a los Hebreos, en el que el autor sagrado nos muestra que el acoger a Cristo nos hace crecer en las tres virtudes teologales: Nos acercamos <em>&ldquo;con coraz&oacute;n sincero y lleno de fe</em>&rdquo; para mantenernos firmes en la <em>&ldquo;esperanza que profesamos&rdquo;,</em> con una atenci&oacute;n constante para realizar juntos con los hermanos <em>&ldquo;la caridad y las buenas obras&rdquo;.</em> Tambi&eacute;n nos recuerda este texto b&iacute;blico que para mantener esta conducta evang&eacute;lica es importante participar en los encuentros lit&uacute;rgicos de oraci&oacute;n en la comunidad, mirando a la meta escatol&oacute;gica, que es la plena comuni&oacute;n con Dios.</p> <p style="text-align: justify;">Hecha esta introducci&oacute;n, pasa el Papa a comentar el texto tomado de los Hebreos que en pocas palabras ofrece una ense&ntilde;anza profunda y siempre actual sobre tres aspectos fundamentales de la vida cristiana: La atenci&oacute;n al otro, la reciprocidad y la santidad personal. Intentamos reflexionar sobre cada uno de estos puntos:</p> <p style="text-align: justify;"><strong><em>1.-&ldquo;Fij&eacute;monos</em></strong><strong>&rdquo;, es decir, la responsabilidad para con los hermanos</strong><br />El Papa reflexiona sobre el sentido del verbo &ldquo;fijarse&rdquo;, desde su ra&iacute;z griega. Despu&eacute;s de mostrarnos aquellos lugares evang&eacute;licos en los que Jes&uacute;s emplea dicho verbo, nos hace ver c&oacute;mo debemos mirar, c&oacute;mo podemos estar atentos. En primer lugar nuestros ojos deben fijarse en Jes&uacute;s, y, a la vez, estar atentos a los otros, a no sentirnos extra&ntilde;os o indiferentes ante la suerte de nuestros semejantes. En nuestro mundo parece que lo que prevalece es la actitud contraria. Lo que se da es la indiferencia, el desinter&eacute;s, que nacen del ego&iacute;smo, a veces encubierto bajo la apariencia del respeto por la &ldquo;esfera privada&rdquo;.Si cultivamos este fijarse, esta mirada de fraternidad, entonces la misericordia y la compasi&oacute;n brotar&aacute;n espont&aacute;neamente en nuestro coraz&oacute;n.</p> <p style="text-align: justify;">Nuestra cultura relativista parece que ha perdido toda referencia al bien y al mal. Es necesario afirmar que el bien existe y vence. El bien es lo que suscita, protege y promueve la vida, la fraternidad y la comuni&oacute;n. Tengamos cuidado de que nuestro coraz&oacute;n no quede endurecido. Recuerda el Papa la par&aacute;bola del rico epul&oacute;n y la del buen samaritano donde se dan casos de gente inconsciente ante el sufrimiento de los otros. &ldquo;El justo reconoce los derechos del pobre, el malvado es incapaz de conocerlos&rdquo; ( Pr.29,7). Por eso el Papa recuerda la bienaventuranza, &ldquo;dichosos los que lloran&rdquo;. El encuentro con el otro y el abrir el coraz&oacute;n a sus necesidades son ocasi&oacute;n de salvaci&oacute;n y bienaventuranza.</p> <p style="text-align: justify;">Pero nuestra preocupaci&oacute;n, sigue diciendo el Papa, no debe cifrarse s&oacute;lo en lo material. Este &ldquo;fijarse&rdquo; nos empuja a ver tambi&eacute;n las necesidades espirituales. El Santo Padre nos habla de algo un poco olvidado: &ldquo;La correcci&oacute;n fraterna&rdquo;. Nos dice que es importante recuperar esta dimensi&oacute;n de la caridad cristiana. Frente al mal no hay que callar. &iexcl;Qu&eacute; triste la actitud de esos cristianos que por respeto humano, o por simple comodidad se adecuan a la mentalidad com&uacute;n, en vez de poner en guardia a sus hermanos, acerca de los modos de pensar y de actuar que contradicen la verdad y no siguen el camino del bien!</p> <p style="text-align: justify;"><strong>2.- &ldquo;<em>Los unos en los otros</em>&rdquo;: el don de la reciprocidad</strong>.<br />Este cuidar los unos de los otros, no se debe reducir s&oacute;lo a la dimensi&oacute;n terrena. Tenemos que preocuparnos de las exigencias espirituales y morales de la vida. Tenemos que trabajar por la edificaci&oacute;n de nuestros hermanos para que llegue a conseguir la salvaci&oacute;n eterna. As&iacute; pues esta correcci&oacute;n fraterna y exhortaci&oacute;n mutua, con esp&iacute;ritu de humildad y caridad, debe formar parte de la vida de la comunidad cristiana.</p> <p style="text-align: justify;">La Eucarist&iacute;a debe recordarnos cada d&iacute;a esta comuni&oacute;n de que los unos somos para los otros. Al celebrar la Eucarist&iacute;a nos damos cuenta de que nuestra existencia est&aacute; relacionada con la de os dem&aacute;s, para el bien o para el mal. Tanto el pecado como las obras de caridad tienen siempre una dimensi&oacute;n social</p> <p style="text-align: justify;"><strong>3.- &ldquo;<em>Para estimulo de la caridad y las buenas obras</em>&rdquo; caminar juntos en la santidad.</strong><br />La Carta a los Hebreos nos hace caer en la cuenta de esta llamada universal a la santidad. Unos y otros nos podemos ayudar a superar la tibieza. Tenemos obligaci&oacute;n de poner en marcha las riquezas espirituales y corporales para el cumplimiento del plan divino, para el bien de la Iglesia y de nuestra salvaci&oacute;n personal. En la iglesia tenemos a los santos, los de ayer y los de hoy que son una llamada a conseguir una vida santa. Hagamos realidad esta llamada durante esta Cuaresma que El Papa pone en manos de la Virgen Mar&iacute;a a la vez que nos da su bendici&oacute;n.</p>
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