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¡Manos a la Obra!

¡Manos a la Obra! <p align="justify">La Infancia Misionera celebra el domingo su Jornada y lanza su campaña animándonos a todos, pero especialmente a los más jóvenes, a ponernos “manos a la obra”. Cuando en el mundo hay 300 millones de niños y niñas amenazados de muerte por el hambre; cuando 275 millones de chicos y chicas sufren cada año episodios de violencia doméstica; cuando 218 millones se ven obligados a trabajar y a no poder ir a la escuela; cuando más de 1,8 millones son arrastrados a la prostitución y pornografía; y cuando 250 mil son adiestrados hasta convertirlos en niñas y niños soldado, no es justo, y mucho menos cristiano, quedarse de brazos cruzados.</p><p align="justify">&nbsp;Frente a esta dramática realidad, una escuela de formación en los valores evangélicos, como es la Infancia Misionera, pide manos dispuestas a acabar con estas situaciones de cruel injusticia; manos capaces de seguir el ejemplo de Jesús y de innumerables misioneros y misioneras que entregan sus vidas al servicio de sus hermanos más necesitados, más indefensos, más “machacados”... </p><p align="justify">La urgencia de una respuesta es evidente. Todos hemos de arrimar el hombro, porque la tarea a la que hay que enfrentarse es titánica. Pero para la Infancia Misionera son los niños los auténticos protagonistas, ellos tienen un papel importante en nuestra Iglesia. Ellos, pequeños misioneros en las tareas diarias, ayudan a otros niños. </p><p align="justify">De este modo, no sólo se consigue aliviar la situación en la que se encuentran muchos niños y niñas en el mundo, sino que además se garantiza el futuro misionero de la Iglesia. Sólo cuando las manos de nuestros hijos e hijas se habitúen a la acogida, a la fraternidad sin fronteras de razas y culturas, a la solidaridad con los más pobres, a compartir la fe y el Evangelio, sólo entonces se podrá comenzar a soñar en un mundo tal y como Dios lo quiso para toda la humanidad.</p><p align="justify">&nbsp;Este protagonismo que adquieren los niños en esta su Jornada no exime, sin embargo, a los adultos cristianos de sus responsabilidades. Ellos también son convocados por la Infancia Misionera para que con su testimonio y su palabra, de padres, educadores, catequistas, sacerdotes, agentes de pastoral,... estimulen la conciencia misionera de los niños de hoy. Si queremos cambiar la marcha de un mundo salpicado por las guerras, por la injusta desigualdad entre ricos y pobres, por el drama del hambre o la inmigración..., pongámonos ¡¡¡manos a la obra!!!. </p>
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