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Frases y pensamiento sobre el Espíritu Santo

Frases y pensamiento sobre el Espíritu Santo <p>Pentecostés es una festividad universal de la iglesia, mediante la cual se conmemora el descendimiento del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, a los cincuenta días después de la Resurrección de Cristo, en el festival judío llamado &quot;festejo de las semanas&quot; o Pentecostés&nbsp; es la denominación griega por &quot;quincuagésimo&quot;, 50o., día después de la Pascua. </p><p>Se trata de una festividad cristiana que data del siglo primero, aunque no hay evidencia de que haya sido observada tan antiguamente como la Pascua, el pasaje en Corintios I,&nbsp;se refiere a una festividad judía. Esto no es sorprendente ya que el festejo originalmente duraba un sólo día y se realizaba en domingo. Además estaba muy estrechamente relacionada con la Pascua de manera que se podría tratar de una actividad en la terminación pascual. </p><p align="justify"><strong></strong></p><p align="justify"><strong>JUAN PABLO II:<br /></strong><br />** &quot;La Iglesia... instruida por la palabra de Cristo, partiendo de la experiencia de Pentecostés y de su historia apostólica, proclama desde el principio su fe en el Espíritu Santo como Aquel que es dador de vida. Aquel en el que el inescrutable Dios uno y trino se comunica a los hombres, constituyendo en ellos la fuente de vida eterna&quot;. </p><p align="justify">** &quot;Convirtiéndose en <luz />, es decir, de las conciencias, el Espíritu Santo <convence />, o sea, hace conocer al hombre su mal, y, al mismo tiempo, lo orienta hacia el bien. Merced a la multiplicidad de sus dones, por lo que es invocado como el portador de los <siete />, todo tipo de pecado del hombre puede ser vencido por el poder salvífico de Dios. Bajo el influjo del Paráclito se realiza, por tanto, la conversión del corazón humano, que es condición indispensable para el perdón de los pecados. Sin una verdadera conversión, que implica una contrición interior, y sin un propósito sincero y firme de enmienda, los pecados quedan <retenidos />, como afirma Jesús, y con El toda la tradición del Antiguo y del Nuevo Testamento&quot;. </p><p align="justify">** &quot;La Iglesia profesa incesantemente su fe: existe en nuestro creado un Espíritu, que es un don increado. Es el Espíritu del Padre y del Hijo; como el Padre y el Hijo, es increado, inmenso, eterno, omnipotente, Dios y Señor. Este Espíritu de Dios <llena />y todo lo creado reconoce en El la fuente de su propia identidad, en El encuentra su propia expresión transcendente, a El se dirige y lo espera, lo invoca con un mismo ser. A El, como Paráclito, como Espíritu de la verdad y del amor, se dirige el hombre que vive de la verdad y del amor y que sin la fuente de la verdad y del amor no puede vivir. A El se dirige la Iglesia, que es el corazón de la humanidad, para pedir por todos y para dispensar a todos aquellos dones del amor que por su intercesión <ha />. A El se dirige la Iglesia a lo largo de los intrincados caminos de la peregrinación del hombre sobre la tierra; y pide, de modo incesante, la rectitud de los actos humanos como obra suya; pide el gozo y el consuelo que solamente El, verdadero consolador, puede darnos descendiendo a la intimidad de los corazones humanos; pide la gracia de las virtudes, que merecen la gloria celeste; pide la salvación eterna en la plena comunicación divina a la que el Padre ha <predestinado />eternamente a los hombres creados por amor a imagen y semejanza de la Santísima Trinidad&quot;. </p><p align="justify">** &quot;El Espíritu Santo se manifiesta de modo particular en la Iglesia y en sus miembros; sin embargo, su presencia y acción son universales, sin límite alguno ni de espacio ni de tiempo. El Espíritu ofrece al hombre <su />para que pueda responder a su máxima vocación; mediante el Espíritu el hombre llega por la fe a contemplar y saborear el misterio del plan divino; más aún debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad -según nos dice &quot;Gaudium et Spes&quot;, en el Concilio Vaticano II- de que, en la forma que sólo Dios conoce, se asocien a este misterio pascual... El Espíritu está, pues, en el origen mismo de la pregunta existencial y religiosa del hombre, la cual no surge sólo de situaciones contingentes, sino de la estructura misma de su ser... La presencia y actividad del Espíritu no afecta únicamente a los individuos, sino también a la sociedad, a la historia, a los pueblos, a las culturas, a las religiones. En efecto, el Espíritu se halla en el origen de los nobles ideales y de las iniciativas de bien de la humanidad en camino&quot;. </p><p align="justify">** &quot;El Espíritu es también para nuestra época el agente principal de la nueva evangelización. Será, por tanto, importante descubrir al Espíritu como Aquel que construye el Reino de Dios en el curso de la historia y prepara su plena manifestación en Jesucristo, animando a los hombres en su corazón y haciendo germinar en la vivencia humana las semillas de la salvación definitiva que se dará al final de los tiempos&quot;. </p><p align="justify"><strong>SAN JUAN DE AVILA:</strong> </p><p align="justify">** &quot;Señor, con vos solo estoy contento; vos solo bastáis para saciarme; sin vos no quiero a nadie y con vos todo lo tengo; estad vos conmigo y falténme todos; consoldadme vos y desconsuéleme todo el mundo; sed vos conmigo y todo el resto contra mí&quot;. </p><p align="justify">** &quot;¡Oh soplo bienaventurado, que llevas las naos al cielo! Muy peligroso es este mar que navegamos; pero con este aire y tal Piloto seguro iremos. ¡Cuántas naves van perdidas! ¡Cuántos vientos contrarios corren y grandes peligros! Mas en soplando tú, piadoso Consolador, las vuelves a puerto seguro. ¿Quién podrá contra los bienes que nos haces y los males de que nos guardas? De allá sales como viento y allá vuelve, al Padre y al Hijo; de allá te espiran y allá espiras tú a tus amigos; allá los guías, allá los llevas, para allá los quieres&quot;. </p><p align="justify">** &quot;Espíritu Santo, Huésped del alma, por los merecimientos de Jesucristo y por aquella sangre que derramó en la cruz por nosotros, ten por bien a venir a nuestros corazones y sanar nuestras almas, alumbrar nuestros entendimientos para que conozcamos a Dios, enderezar nuestra voluntad para solamente amar a Dios y olvidarnos de las cosas del suelo, sujetar nuestra carne, darnos humildad, castidad y caridad para con nuestros prójimos y darnos tus siete dones para que teniendo tu gracia nos des la gloria&quot;. <br /><br /><br /><strong>JUAN XXIII:</strong></p><p align="justify"><strong>**</strong> &quot;Pentecostés es todo un poema de luz, de gracia y de caridad&quot;. </p><p align="justify">** &quot;El Espíritu Santo, que formó el cuerpo de Cristo en el seno de María, forma también, une, sana y fortifica a los miembros de Cristo&quot;. </p><p align="justify">** &quot;El fuego del Espíritu Santo es como un río incandescente que se desborda sobre todos los miembros de la Iglesia, consolida los corazones y los une con un vínculo sagrado de amor y caridad&quot;... &quot;Dejémonos penetrar, como los apóstoles el día de Pentecostés, por este fuego transformante. El purificará las inevitables escoria de la naturaleza, herida por el pecado&quot;. </p><p align="justify">** &quot;La gracia del Señor, por su Espíritu, cuando toma posesión de un alma, la transfigura&quot;. </p><p align="justify">** &quot;No estamos solos en la tierra. Hay alguien que nos acompaña y nos presta su ayuda incomparable: el Espíritu Santo&quot;. </p><p align="justify">** &quot;Jesús nos asegura que el Espíritu Santo seguirá haciendo resplandecer en la Iglesia una maravillosa fecundidad sobrenatural; la fecundidad que deposita en el corazón de las vírgenes, de los mártires y de los confesores, los gérmenes de aquellas virtudes heroicas que son la característica de la santidad&quot;. </p><p align="justify">** El Espíritu de Jesús vivifica las asperezas de la vida, dulcifica las dificultades de la existencia, que los acontecimientos cotidianos y las adversidades multiplican sobre nosotros y nos impulsa al perdón, a la compasión, al amor&quot; </p><p align="justify">** &quot;El Espíritu Santo es la vida de la Iglesia, que no envejece nunca. Hace germinar una primavera que no conoce el invierno y, en medio de las penas y de las adversidades, realiza y prepara una victoria indefectible y segura&quot;. </p><p align="justify">** &quot;El Espíritu Santo está trabajando siempre en la intimidad de las almas con sus inspiraciones para hacer a la Iglesia que Jesús edificó para sí mismo una vez por todas con el sacrificio de su sangre, pura, inmaculada, sin arrugas, digna de ser presentada al Padre el día del juicio final&quot;. </p><p align="justify">** &quot;Únicamente el soplo del Espíritu Santo puede inflamar los espíritus humanos en la virtud y preservarlos del contagio de la culpa... El Huésped divino nos acompaña siempre y recorre con nosotros el camino del tiempo hasta la eternidad&quot;. </p><p align="justify"><strong>OTROS AUTORES:</strong> </p><p align="justify">** &quot;El Espíritu Santo entra en el corazón, es decir, en el centro más profundo de la vida personal. De este modo, el Espíritu Santo que es Espíritu nuevo y renovador, crea un corazón nuevo, convierte el corazón de piedra en corazón de carne. Esto es, el Espíritu despierta el corazón y la conciencia del hombre o, por mejor decirlo, despierta al hombre mismo a una vida nueva y real que viene de Dios y está en Dios&quot;. (G. Eveling) </p><p align="justify">** &quot;Sin el Espíritu Santo, Dios quedaría lejos, Cristo pertenecería al pasado, el Evangelio sería letra muerta, la Iglesia, una organización más, la autoridad, un dominio, la misión, una propaganda, el culto, una evocación, el obrar cristiano, una ley moral. Pero con El, el cosmos se eleva y gime en la infancia del Reino, Cristo ha resucitado, el Evangelio es potencia de vida, la Iglesia, comunión Trinitaria, la autoridad, servicio liberador, la misión, Pentecostés, el culto, memorial y anticipación, el obrar humano, realidad divina&quot; (De la relación final de la Asamblea de Upsala en 1968 del Consejo Mundial de las Iglesias) </p><p align="justify">** &quot;A pesar de todo el Espíritu Santo sigue estando presente en el corazón de la humanidad. Sigue preparando en cada hombre la venida del Salvador. Está presente en las aspiraciones profundas de los hombres, de las razas y de los pueblos&quot;. (M. Quoist). </p>
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