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Pregón de Luís Enrique en la fiestas del barrio San Antonio Abad

Pregón de Luís Enrique en la fiestas del barrio San Antonio Abad

16 de enero de 2014 - Centro de Asistencia integral “Infanta Leonor”.

Sr. Presidente de la Asociación de vecinos Barrio de San Antonio Abad y miembros de la Junta directiva.

Sres.Y Sras. Concejales

Señor presidente de Cocemfe, Directora del Centro “Infanta Leonor”

Miembros de la Junta directiva de las asociaciones de Vecinos y Amas de casa “polígono San Antón“.

Vecinos y vecinas, amigos y amigas, feligreses y feligresas,

Señoras y señores

Buenas tardes.

INTRODUCCIÓN

Agradezco en primer lugar a la Asociación de vecinos del Barrio San Antonio Abad, la deferencia con mi persona al invitarme a pronunciar el pregón de estas fiestas del barrio, y  correr el riesgo de que hacer un sermón, que me es más propio,  que un pregón, en lo que voy de novato, pues esta es la primera vez en mi vida que me veo comprometido en estos menesteres.

Y agradecer a esta casa, Centro de atención integral “Infanta Leonor”, que nos acoja para este acto inicial de las fiestas. Un Centro que situado en este barrio, es todo un referente de servicio, atención y cuidado para toda la ciudad y la misma provincia; un orgullo para el barrio y para la Junta directiva de la Asociación que se las ha ingeniado para meterlo de lleno en la programación de estas fiestas.

Lo primero es el Barrio

La zona  existente tras las vías del ferrocarril era fundamentalmente una zona de huertas,  con algún caserío,  en el extrarradio de la ciudad; recorrido diagonalmente por el Camino viejo del Cementerio,que desde finales del siglo XIXcontinuaba desde la calle San Antonio cruzando el paso a nivel y se dirigía al nuevo Cementerionuevo, inaugurado en  1879.

Hay personas que recuerdan como   tras elpaso a nivel, frente Automecánica, estaban los Almacenes de cereales Bleda y poco más allá la Serrería de Celestinoy  la fábrica de gránulos  Diana, y el caserío de San Antón en la zona de las calles Doctor Alonso Vidal y Valdeganga , y todo ello entre bancales  con sus pozos de aguas somerasy correspondientes balsas de riego.

Hoy el barrio de San Antonio Abad, es un barrio joven, de pocos años nacido del ensanche de la ciudad tras el traslado de las vías y estación del Ferrocarril a la nueva situación. Un terreno urbanizado en pocos años. Limitado por el parque lineal  por el sur y las vías por el norte, el barrio del Polígono San Antón al este y el Barrio de Nª. Sra. De Cubas al oeste.

Un espacio abierto, con nuevos edificios, algunos altos, hasta 12 piso, en la calle Alcalde Martínez de la Ossa y Zamora; dotado de varios centros educativos: Colegio Público San Antón, el Colegio Público José Salustiano Serna y el Instituto de enseñanza secundaria “Los Olmos”, el centro de Salud Nº 6 “Francisco Naharro”, La Clínica de Rehabilitación del doctor Azorín, el Centro de Atención Integral antes mencionado; así como varias oficinas bancarias, distintos establecimientos, comercios, bares y cafeterías. Un barrio agradable para vivir, por sus gentes, su amabilidad, su simpatía, su cercanía al centro, y  muy bien comunicado con la ciudad y con el resto del país,hasta con alta velocidad.

 Nació, incluido en el proyecto del futuro Polígono de San Antón en los planes urbanísticos de 1952, como una reciente trama urbana de la ciudad de Albacete, dentro del sistema de polígonos de viviendas, que puede definirse de un modo general como “la construcción simultánea de cierto número de viviendas destinadas a resolver un problema de escasez de alojamientos”. En general se pretendía crear alojamientos para la clase media, al menor precio posible localizándolo en la periferia. Su trama era geométrica y uniforme. Las sucesivas remodelaciones de los distintos planes urbanísticos fueron remodelando los proyectos hasta hacer lo que hoy vemos.

El polígono de S. Antón (35 ha.) era una de las zonas más importantes en el Plan General de 1952, como ampliación del casco urbano. El traslado en 1965 de la Estación del Ferrocarril a unos 400 m. del casco urbano hacia el norte, liberólos terrenos comprendidos entre la nueva Estación, la carretera de Albacete-Ayora al sur,  las avenidas Pío XII (hoy paseo de la Cuba)y Alcalde Conangla al oeste , y al este con los terrenos del Instituto Nacional de la vivienda adquiridos  por RENFE. 

De hecho,  solamente una parte del actual barrio de San Antonio, hasta la calle Valladolid, aproximadamente,formaba parte del proyecto inicial del Polígono de san Antón. Hoy día,la ampliación de terrenos edificables, y la redistribución de los barrios, ha generado el nacimiento de este barrio de San Antonio Abad separado del Polígono de San Antón por el eje de la Avenida de la Estación.

Ahora, es un barrio  propio, consu propia identidad; muy relacionadocon el Polígono de san Antón por la Parroquia del buen Pastor, y otros servicios comunes como el Centro de Salud, la nueva Estación del tren, y por sus gentes abiertas y comunicativas que van y viene de uno a otro, como si del mismo barrio se tratara y con la misma ciudad de la que se siente una parte más de la misma.

Hasta 1981 y entre 1981 y 1982 se construyeron un total de 1.292 viviendas. Las promociones  de las mismas fueron realizadas prácticamente en su totalidad en régimen de cooperativas. Así las Trescientas viviendas (Miguel de Unamuno), Comunidad del Santo Ángel (cc.Azorín y Vidente Aleixandre).

Nuevos edificios se han construidos hacia el noroeste,  en torno al parque del Quijote, creando la fisonomía actual y dándole un dinamismo de vecindad abierta y comunicativa, con nuevos y modernos edificios, con distintos establecimientos de negocios y servicios.

Aunque feligreses todos, desde muy temprano he tenidos amigos y conocidos en el barrio. Antes del 85 ya visité varias veces enc/ Miguel de Unamuno a Ascensión Gil, alperina, con las que compartía trabajos en la parroquia de Alpera.Después en la etapa de Tobarra, conocí a Carmen y Sole de la calle Azorín. Ahora, lógicamente, después de catorce años de párroco, conozco a muchos de los vecinos, mayores y pequeños, de cada una de las calles del barrio. Quiero hacer mención al grupo de belenistas, algunos de ellos son vecinos de este barrio y miembros de la Junta directiva de la Asociación San Antonio Abad, que año tras año, venimos montando el belén parroquial,  que tanta admiración y aprecio produce en toda la ciudad y en pueblos que lo visitan, y sobre todo, y es nuestra mayor satisfacción, entre el mundo belenista. Me  refiero a Manolo y Andrés, a Manuel, que viven en Doctor Vidal, a Pepe y Juan en la calle Azorín, a Rufino en la Calle Zamora. Y tantos otros que participan y colaboran en la Parroquia.

Según el padrón de habitantes de 2012, este barrio está habitado por 2.000 vecinos, 135 habitantes más que en el 2011. Un barrio que progresa.

La construcción de la nueva Estación del tren, con sus cines y centro comercial ha incrementado las posibilidades del barrio; abierto y dinámico, con un futuro prometedor.

Lo segundo el nombre

 Muchos vecinos  pueden pensar que porqué este nombre¿Tan importante es este personaje que no sólo el barrio se llama así, sino que también el parque tome este nombre? ¿Quién es este San Antonio Abad que lo tenemos hasta en la sopa?

En esta época de la cibernética,  puedepasar desapercibida la  figura y el patronazgo de San Antonio  Abad, vulgarmente conocido como San Antón. Aunque es posible que una mayoría de ellos vivan en uno de estos barrios; este de  San Antonio Abad o  aquel del Polígono de San Antón,  o que hayan asistido a clase como alumnos del Colegio Público San Antón, o sean padres de alumnos del mismo Colegio, o, en el mejor de los casos, nuestras ventanas den al referido colegio. Otros van y hacen sus compras o tiene sus negocios en la calle San Antonio, que no es el de Padua (13 de junio) sino el Abad del (17 de enero). En fin, y como muchos procedéis de pueblo, es posible que en el vuestro se celebre la fiesta de este santo, protector de enfermedades y, sobre todo, de los animales domésticos. Si lo pensamos un poco, no nos queda tan lejos San Antón. Y ahora:

 “Se hace saber que la Sra. alcaldesa ha tenido a bien, recogiendo la demanda de esta Asociación  denominar al parque central de este barrio, antes conocido plaza de las pirámides, como  Parque de San Antonio Abad”.

 ¿Quién era este hombre?

Antonio, era un ciudadano del imperio romano, en Egipto, a caballo entre el s. III y el siglo IV. Vivió uno de los momentos más cruciales de la Historia de la Iglesia antigua: el paso de la Iglesia perseguida a la libertad de culto que propició Constantino con el famoso edicto de Milán (a. 313). Una época convulsiva entre la población que se iba haciendo cristiana y aquella otra que se resistía a abandonar el politeísmo romano. Hasta ese momento el ideal cristiano había sido el martirio por la fe en Cristo. A  partir de la libertad religiosa y  del peso de los cristianos en la administración imperial, se comenzó a fraguar el ideal del monje, del latín monachus= anacoreta o monje.

La anacoresis era la  “huida al desierto”, para vivir en el rigor de la soledad el seguimiento a Cristo. Los peligros de la persecución se cambiaron por los peligros del desierto.

Y el joven Antonio, rico patricio, siguiendo, al pie de la letra el mandato de Cristo: “Ve vende lo que tienes, dalo a los pobres, ven y sígueme” (Mt 19, 21), a la muerte de sus padres, vendió todos sus bienes, lo repartió a los pobres y como otros tantos jóvenes se retiró al desierto para seguir al Señor.  Y allí,  vivió como eremita, alejado de la vida social  la intimidad con Cristo. Fue maestro de otros jóvenes que querían vivir el mismo estilo de vida, a los que les dio unas reglas para su vida espiritual solitaria. Murió a la edad de 105 años por eso se suele representar  como un monje anciano, que se hace acompañar con un cerdo.

Se cuenta que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza.A veces por las tentaciones que superó en el desierto se le representa luchando y matando a un dragón que representa al diablo, igual que el cerdo.

Pero realmente los que difundieron desde Francia el culto a san Antonio Abad fueron los monjes antoninos; hospitalarios fundados en el siglo XI bajo la advocación de San Antonio Abad como un santo curador especialmente de enfermedades contagiosas: así el fuego de san Antón (especie de erisipela),la peste,  y más tarde la sífilis y todas las enfermedades de la piel. Estos monjes para mantener los hospitales soltaban los animales, bajo la protección de San Antón, para que pastaran libremente y para que la gente no se los reconocieran les ponían la campanilla (la esquila) en el cuello, y gozaban de derechos de pasto especiales. De aquí el famoso “cerdo de San Antón” al que se solía colocar una campanilla en el cuello para distinguirlo. Tradición que se propagó por todo el mundo rural, en los que se le ha considerado protector de los animales. Pero personalmente puedo decir que en mis primeros años de cura en Nava de Abajo (Pozohondo) pervivía esta tradición, y sin decirme nada, cada año alguna persona ofrecía un cerdo lechal que soltaba sin pedir cuentas a nadie, y que se iba engordando de casa en casa, y correteaba libre por las calles, hasta que llegado el 17 de enero, se sorteaba a beneficio de la parroquia, como en otros pueblos que conocéis.

¿Y qué tiene que ver con este barrio?

Albacete desde la Edad Media fue fundamentalmente rural, y como en tantas otras poblaciones, se favoreció la devoción al santo protector de los animales domésticos, hasta el punto que a comienzos del s. XVI contaba ya con una pequeña ermita, que estaba situada aquí, a las afueras de la ciudad, en lo que hoy es,aproximadamente,el Polideportivo del Colegio San Antón.

La devoción al santo fue tal que se le atribuían milagros, hasta el punto de que en a finales del siglo XVI, año 1587, el Obispado de Murcia tramitó el expediente de reconocimiento, y el obispo D. Jorge Manrique “aprovo dichos milagros y dio mandamiento para que se hiciese procesión general  a la ermita del dicho glorioso santo”.

El reconocimiento de algunos de los milagros  fomentó la devoción al Santo, hasta el punto que la orden  Hospitalarios de San Antón reclamó la posesión de la ermita, por lo que tras la concordia con el Concejo se posesionaron de la misma y permanecieron en ella hasta el año 1787, por mandato de  Carlos III, al ser extinguida la orden por Pio VI.

La venida de los frailes coincidió con el momento de mayor apogeo de la ermita, pues en la concordia se establecía la obligación de los hermanos a ampliar y reformar la ermita, Y asíse amplió la ermita  y se  crearon nuevas dependencias.           

Al marcharse los frailes, la ermita quedó cerrada, y de nuevo la devoción al santo hizo que en se le atribuyeran unos milagros en 1791, “que sonaba sola su campanilla, y la imagen sudaba”. El Ayuntamiento que mantenía la propiedad del edificio y que en 1771 había construido un atrio, decidió, en 1792 reabrir la ermita al culto.

La centuria siguiente, siglo XIX, estuvo marcada por la presencia del Cementerio viejo en su entorno (1805- 1879). Así desde principios del XIX la calle que conocemos como de San Antonio, que en un principio comunicaba el cerrillo de San Juan hasta la ermita, se convirtió en el camino del cementerio.

Una vez traslado el cementerio a su actual ubicación (1879), el camino del nuevo Cementerio partía desde esta ermita hasta el mismo. Es lo que conocemos como camino viejo del cementerio, hoy ocupado por el Parque de las pirámides, ahora Parque de San Antonio Abad y, por  la calle Letur, e interrumpido desde 1965 por la pasarela sobre las vías.

Tras  el traslado del cementerio al emplazamiento actual,  en 1899 el Concejo instaló en las dependencias anejas a la ermita  el Asilo de ancianos, regentado por las hermanitas de los Ancianos Desamparados hasta 1925, en que el Ayuntamiento el trasladó el Asilo a la actual ubicación y demolió la  ermita y las dependencias del Asilo. El fotógrafo Luis Escobar captó una instantánea del traslado procesional multitudinario de la imagen.

El traslado llevó consigo la imagen y la devoción al Santo, tal como hoy la conocemos.Así el actual Asilo de ancianos lleva el nombre de San Antón, San Antonio Abad. En los años siguientes se demolió la ermita y las instalaciones anejas. Todo lo que había sido la ermita  quedó para el recuerdo de los historiadores.

Por la descripción de Elías Tormo,en la Guía Levante publicada en 1923, conocemos el interior de la misma: “el interior de tipo basilical, tres naves separadas por columnas toscanas con cubierta de armadura aparente, salvo el ábside, de nervadura Gótica. El retablo mayor por 1600, con muchas tablas de la época, interesante, de autor desconocido de estilo arcaico para la fecha ...; muy bella la imagen de San Antón, de fines del  siglo XVIII”.

 Se encontraba dentro de un  patio o atrio, en el que se  reunían los animales y caballerías en la fiesta del Santo. Gracias al plano levantado por  José Lucas Martínez en 1771,  para el expediente de reconocimiento de los milagros  de ese año, nos  podemos hacer una idea de cómo se organizaba el espacio.  Era como un  gran corralón en el que al fondo estaba la ermita cerrando el pátio con uno de sus laterales y en su entorno dependencias del sacristán, para los hermanos y distintos menesteres,

En el mismo atrio, y próxima al ábside  de la anterior se encontraba la pequeña ermita de Nuestra Señora del Loreto, de la que  ya a  comienzo del siglo XVII se tienen noticias. Por lo que podemos deducir que la devoción a la Virgen de Loreto en Albacete no vino de mano de la Aviación y es más, en la pedanía del Argamasón el patronazgo lo ostenta esta advocación mariana.

Las tablas del retablo mayor de la ermita, propiedad del Ayuntamiento, se encuentran depositadas en el Museo de Albacete, el del parque, en donde podemos contemplar los únicos testimonios de laermita que conservamos.

 Conclusión: La fiesta

“Se hace saber, que por orden de la Sra. Alcaldesa  y para regocijo de grandes y pequeños, y de todo el público en general, se celebraran las fiestas del Barrio San Antonio Abad, del 16 al 19 de enero, para esparcimiento de los vecinos y de todos aquellos que se acerquen  al barrio durante estos días” 

Estamos en fiestas, unas fiestas que han vuelto renacer, después de un pequeño letargo,  organizadas por la nueva Junta directiva de la Asociación de Vecinos San Antonio Abad por tercer año consecutivo.

Unos días llenos de actividades para todos,  que cada año toman más  realce e implican a más personas.

Unas fiestas pasadas por agua, y frío, pero que si el tiempo no lo impide, participaremos con buen ánimo y mayor cordialidad.

Con actividades de todo tipo :

Religiosas entorno a la fiesta del Santo: Hoguera, Procesión y Misa.

Culturales: como este Pregón, el Concurso infantil de pintura, la dedicación del parque al santo por parte de la Sra. Alcaldesa, y el Concierto de la banda de cornetas y tambores Nª. Sª.de los Llanos, el día 19, una vez terminada la Misa y la procesión.

Deportivas: La primera carrera popular Barrio de San Antón a favor del Centro Infanta Leonor.

Recreativas: con variados juegos  y actividades para niños.

Gastronómicas: con el aperitivo para socios, el concurso de bizcochos y chocolatada y la II Ruta de la tapa en cafeterías y bares del barrio.

Solidarias y asistenciales: haciendo presente este centro “Infanta Leonor”, en el que estamos yhaciéndolo beneficiario de la carreraPopular.

Unas fiestas para disfrutar, pasar lo bien, convivir y hacer familia.

Pues qué ha de ser es un barrio que se precie, sino una gran familia, que convive y participa de lo cotidiano de sus gentes, de sus alegrías y de sus penas, de sus problemas y de sus soluciones, en todos y cada uno de sus días y también, y cómo no, en los días de fiesta.

Pues ahora toca la fiesta. Dejemos lo aburrido de las penas que cada uno llevamos y hagamos fiesta. Es la fiesta del Barrio.

Y como ahora no está Valeriano Belmonte puedo gritar: “Viva San Antonio Abad”. “Viva elbarrio de San Antonio Abad”, “Vivan sus gentes”.

Gracias. Muchas gracias.

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